domingo, 11 de marzo de 2012

HÁBITOS ALIMENTICIOS


ANTECEDENTES

LOS HÁBITOS ALIMENTARIOS A LO LARGO DE LA HISTORIA:
HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA DE LOS ALIMENTOS

La alimentación ha existido y existirá a lo largo de toda la historia de la humanidad, puesto que es un factor biológico básico para subsistir.

De la palabra alimentación se derivan otros términos que permiten configurar todo un entramado de problemáticas, alternativas, soluciones, sucesos que han llevado a la realización de estos materiales didácticos sobre la seguridad alimentaria.

La palabra "seguridad", nos evoca a subsanar un peligro existente o que está en proceso de desencadenarse. Y, ¿qué seguridad necesitamos subsanar con tal de mejorar nuestra alimentación?. En este primero punto, nos introduce los cambios alimentarios históricos que nos han llevado hasta los límites actuales de desconocer totalmente la procedencia de lo que comemos.

El progreso alimentario ha sufrido una cronología, desde el Paleolítico inferior dónde la alimentación era a base de la caza y de la domesticación del fuego en África, China y Europa, con unos homínidos carnívoros. Hasta el Paleolítico superior dónde los cambios en los homínidos fueron de gran interés, puesto que además de la caza, se inicia la cosecha de cereales; pero no fue hasta el Neolítico, cuando los asentamientos agrícolas y el sedentarismo del hombre van iniciarse en Europa y también, la domesticación de determinados animales. A partir de estos inicios, se fueron cultivando más y más diferentes tipos de productos para el consumo propio para su comercialización, cada vez el hombre era más autónomo y el paladar más refinado. El proceso de importación y exportación de productos agrícolas, permitía que el resto del mundo descubriera y participara de los hallazgos. En 1804, en Francia se descubrió la conservación por esterilización, también denominada, Método Appert; en 1842 en Alemania se descubrieron las calorías, en 1912 se descubrieron las vitaminas a Polonia .

Egipto fue un núcleo importante y poderoso en la evolución alimentaria hasta la época romana, debido a que el Río Nilo arrastraba muchos sedimentos y aportaba riqueza para acontecer un núcleo importante, por lo tanto, los romanos optaron por colonizarlo.

Desde los s. VI y V a.C., la dieta fue un elemento dentro la sociedad, Pitágoras la ideó en tres partes: la dietética para él se basaba en las reglas de la vida -buena manera de comportarse-; en el ejercicio físico para fortalecer el cuerpo -sin competición, porque impedía pensar correctamente-; y en el régimen alimentario -la moderación a base de pan de mijo o de cebada, miel, verdura cruda o cocida y poca carne y la abstención de determinados alimentos, tales como: riñones y habas porque eran símbolos de vida por su forma de embrión y otros alimentos como: genitales, médula, cabeza, patas y algunos pescados-. Estos filósofos seguían esta dieta, porque sanaba la mente y los aportaba una práctica de vida que permitía establecer un nexo armónico entre el hombre y el universo.

Hipócrates, describió en su libro: "La Dieta Saludable", la efectividad de los principios dietéticos, remarcando que sería necesario que fueran adaptados a cada persona (inicios del régimen personalizado) en función de la edad, sexo, complexión, momento del día, estación del año, ocupación laboral, sitio de residencia, ... Este régimen personalizado se basaba en dos principios: el principio de compensación (Inverno -régimen caliente y seco- y Verano -régimen frío y húmedo-; Jóvenes -régimen húmedo- y Viejos -régimen seco-) y por el principio de la conformidad (evitar cambios bruscos de alimentación, seguir paulatinamente las variaciones de estación y realizar dietas de 6 periodos de 8 días.
En esta época Hipocràtica, se empezaron a clasificar los alimentos, según digestibilidad, valor nutritivo y efectos fisiológicos, se consideraba que una buena alimentación era como los medicamentos.

La época Cristiana, los seguidores de Jesús simbolizaron muchos alimentos y bebidas como emblemas intocables (vino-sangre; pan-cuerpo de cristo). Los Romanos hacían dos o tres comidas al día, y en función de la clase social las comidas divergían mucho, los ricos tenían alimentos de todas las partes del mundo y realizaban comidas copiosas, fueron los Romanos los que expandieron los alimentos por toda la Mediterránea.

Pero, a partir de las colonizaciones orientales -siglo I a.C.- (China y India) los Romanos fueron aprendiendo y sintiéndose atraídos. Se instauró la Medicina China (canon de la medicina interna y la acupuntura), la medicina hindú (medicamentos a base de plantas). La alimentación a la China era el mijo, el trigo, la cebada, la soja y el arroz; algunas de los platos que comían los ricos eran: tortuga asada, pescado fresco, bambú, puntas de caña,... y el pueblo: judías de soja y granos aromatizados con hierbas amargas. Instauraban la condimentación de los alimentos: para los salados -sal y ciruelas amargas- para los dulces -miel, maltosa-, y para los picantes -mostaza y gengibre-. Un factor decisivo, de la evolución de la cultura alimentaria, por parte de los orientales, fue las normas y reglas del comportamiento en la mesa.

Otros culturas, como la Arábiga, y la influencia de las iglesias, fueron configurando la dieta, la alimentación y las tradiciones alimentarias que hoy en día perduran, algunas con determinadas variaciones. La iglesia influyó en la dieta vegetariana, el ayuno y la abstinencia para determinados comidas y la importancia terapéutica de algunas dietas.

El siglo XVI y XVII, establecieron las rutas comerciales y el intercambio de alimentos entre toda la población mundial.
Catalunya, en el 1400, se tiene constancia de que se comía pan y vino, sopas y quesos, carne (dos veces por semana), leche de oveja o cabra, frutos secos y miel, cereales y legumbres, y aceite de oliva.
La publicación de libros para curas caseras se fueron propagando por Europa: en Italia en el 1475 "Salud y Dieta"; en París en el 1572 "Medidas para mantener una buena salud".

A partir del Mundo moderno, la alimentación perdió el significado del alma, pasó a ser un instrumento a nivel del cuerpo. Hasta mediados del siglo XX, que la nutrición aconteció Ciencia en base a dos principios: el recambio material y energético del organismo (metabolismo, combustión, calorías) y el conocimiento de los alimentos y la composición (nitrógenos, principios inmediatos, minerales, vitaminas). Se analizan las grasas, las proteínas, las vitaminas (vitamina B-1926, vitamina C- 1928 , vitamina B2-1933,...).

Como último punto a destacar de este marco teórico, es la reciente creación de la Dietoteràpia, para dar una solución a los trastornos de las personas en la alimentación, esta teoría se basa en que cada trastorno tiene la dieta apropiada para menguar sus efectos


MARCO TEÓRICO

La alimentación es un conjunto de acciones por medio de los cuales se le proporcionan alimentos al organismo.
Los alimentos proveen sustancias que denominamos nutrientes los cuales necesitamos para el mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades.
Cuando hablamos de hábitos alimenticios, nos referimos a la forma en la cual comemos y nos alimentamos diariamente. Esta es influenciada por nuestra cultura, religión, etc.

Este proceso inicia desde que somos muy pequeños, con el proceso de ingerir e ir probando ciertos alimentos a medida que el bebé va creciendo.
La infancia es un periodo clave en la vida de una persona y es de suma importancia una alimentación completa para el desarrollo y crecimiento del organismo.
Durante toda nuestra vida escuchamos hablar acerca de los beneficios de una buena alimentación.
En el colegio se nos informa acerca de todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para poder crecer y desarrollarse sanamente; para tener energía y fuerzas para los estudios, etc.
Incluso se nos informa detalladamente acerca de la pirámide alimenticia y de la importancia que tiene que nuestra alimentación tenga de todos los grupos básicos.

Hoy en día y a pesar de toda esta información que tenemos y que podemos accesar en cualquier momento dada la nueva tecnología, y a través de los pediatras, médicos, nutricionistas, etc. tenemos a nivel mundial, problemas de obesidad tanto en niños como en adultos, reflejándose incluso en problemas psicológicos.

Como consecuencia de esta problemática, se ha modificado la pirámide alimenticia que antes conocíamos para darnos paso a una que incluye, además de una buena alimentación, ejercicio físico.
Pero todo esto es conocido por todos nosotros. Tenemos acceso a mucha literatura para obtener información y en los colegios, nuestros hijos se informan sobre las bondades de un buen hábito alimenticio y de hacer ejercicios.
Pero entonces, ¿qué sucede con todos los problemas de obesidad y trastornos alimenticios con los cuales nos encontramos hoy día en nuestros jóvenes y niños?

Para tener un buen hábito alimenticio, debemos comenzar en casa.
La modernización trae aparejado un cambio de estilo de vida que tiende al sedentarismo y a la adquisición de hábitos alimentarios poco saludables, con ingesta excesiva de grasas saturadas, azucares simples y sal.

La conformación de los hábitos se produce en la niñez por lo que el impacto de la promoción de un estilo de vida sano se debe iniciar tempranamente.
Es importante un enfoque familiar integral donde un integrante del equipo de salud (Pediatra o Nutricionista) efectúe una historia clínica con antecedentes personales y familiares detallados, así como antropométricos en todo preescolar para identificar los factores de riesgo y educar a los padres, quienes constituyen el principal eslabón en los buenos hábitos de los niños, que naturalmente imitan las conductas de sus padres, a quienes los consideran como el ejemplo a imitar, recuerden que los hábitos alimentarios son incorporados en cada persona en su niñez y perduran en la edad adulta.

Algunos estudios epidemiológicos muestran que aunque en ocasiones la población está informada y conoce los conceptos básicos de una dieta saludable, estos conocimientos no se traducen en consumos reales de alimentos que formen parte de una dieta equilibrada. No se ponen en la práctica los conceptos aprendidos.
La adquisición de los conocimientos se considera positiva, en la medida que repercute y refuerza la práctica alimentaria correcta mediante la creación de buenas actitudes hacia la alimentación saludable. Sin embargo, no es suficiente que la información sea correcta, es necesario también que se produzca la modificación o abandono de estos hábitos alimentarios insanos y erróneos, para poder conseguir una dieta sana y equilibrada.

HABLEMOS DE MALOS HÁBITOS ALIMENTARIOS

Comer bien y a tiempo es saludable. Las comidas desequilibradas en nutrientes, rápidas y saturadas en grasas pueden provocar en poco tiempo graves problemas arteriales en los riñones de los niños. Además, comer en horarios desordenados, de pie, y alimentos de mala calidad como hamburguesas y salchichas (comida chatarra), té bebido, y mucha gaseosa, por ejemplo, es un camino que conduce a la obesidad a muy temprana edad. Una médica nutricionista aconseja volver a los viejos tiempos, a la mesa familiar y a la comida hogareña, a las frutas y verduras, y al olvidado desayuno completo con café con leche.
Comer rápido y con mucha grasa puede dañar las arterias renales en los niños
Los padres tienen muy poco tiempo para compartir las comidas con sus hijos, especialmente el desayuno y el almuerzo. El hábito de la leche y las tostadas se perdieron junto a las tertulias que se organizaban alrededor de la mesa. La familia se levanta con el tiempo justo y los integrantes salen apurados: los papás hacia el trabajo y los chicos al colegio. Y un gran porcentaje de ellos, lo hace, en el mejor de los casos con media taza de leche en la panza y alguna que otra galletita.

“Hay veces que los chicos directamente no desayunan o presentan grandes malestares cuando toman un vaso de leche, tales como descomposturas o mareos. El problema radica en que es una comida poco elaborada, que se ingiere con apuro y generalmente no se comparte entre la familia. El estrés de los padres, el nerviosismo por salir lo más rápido posible para no llegar tarde, fomenta a que se tome el té, café o leche, de pie y a las corridas, mientras al mismo tiempo se realizan otras tareas. Estos rasgos que acompañan al desayuno provocan malestar al niño, que se rehúsa, en la gran mayoría de los casos, a comer”,

-Para que no ocurra algún trastorno en la conducta alimentaria es fundamental que, durante el día, las personas coman entre cuatro y cinco comidas. Y, como dato saludable, hay que saber que entre una y otra el organismo se prepara para incorporar nuevos nutrientes que aporten energías. “Si bien el desayuno es importante y debe elaborarse en forma equilibrada porque antecede a la actividad principal del día, ya sea en los adultos el trabajo y en los niños la actividad intelectual, todas las comidas aportan los nutrientes necesarios para el funcionamiento ordenado del organismo”.

El desayuno debe contener: hidratos de carbono que permanezcan el mayor tiempo posible en el organismo del niño, que aporten la energía suficiente como para que le permita estar lúcido en el aula (galletitas, cereales, pan). Pero también son fundamentales las proteínas (leche), y, si es posible, agregar mermelada, jugo de frutas o frutas crudas. El desayuno programa al organismo para la selección de alimentos del resto del día. Si sólo se comió por la mañana hidratos de carbonos, en las comidas siguientes el organismo necesitará y pedirá incorporar proteínas.

-La primera consecuencia en una dieta alta en grasa saturada es la tendencia a la obesidad. “En todo el mundo está en aumento. En general, en todos los pueblos ricos y pobres se fue reemplazando las comidas menos procesadas como pueden ser las frutas, verduras, fibras y legumbres, por las comidas muy procesadas y que contienen alto nivel de grasa”.

-Hay cuatro comidas diarias que deben ser ingeridas. Y el mal hábito de saltear el almuerzo provoca desórdenes importantes, uno de ellos es el error de cargar la cena con abundantes alimentos”.
La cena debe ser una comida igual a las demás. Sin embargo, hay que tener presente el horario de descanso. “No es conveniente que el niño coma muy tarde, porque no dormirá las horas adecuadas para su restablecimiento físicos y psicológico. Ni tampoco que se acueste inmediatamente después de la cena ya que puede provocar trastornos en el sueño. Es fundamental que entre la comida nocturna y el descanso exista una hora de actividad que ayude a metabolizar los alimentos”.

- Los niños, adolescentes y jóvenes consumen en exceso comida chatarra que tiene un alto contenido en hidratos de carbono, grasas y azúcares; y pasan largas horas frente a la televisión, a la computadora o a los juegos electrónicos, sin practicar ejercicio físico. Hábitos de alimentación y de vida que pueden generar diabetes juvenil. La obesidad es la antesala de la enfermedad.

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